In Control (Nina)

Apenas estaba por comenzar mi turno en el Bar y por una vez en la vida se me ocurria llegar mas temprano de lo planeado, aunque era por un favor que debia hacerle a uno de mis compañeros, al parecer debia ir con su amante, novia o lo que fuera a no se que lugar, recien me habia inscrito en unas audiciones esperando respuesta de cualquiera de los organizadores del evento, no queria trabajar toda mi vida de bartender, eso era mucho mas que obvio, aunque no me iba tan mal siempre, especialmente cuando se trataba de chicas, siempre terminaba por conocer a alguien diferente, aunque jamas llegaba a las relaciones serias, no era precisamente un hombre millonario, y debia trabajar para poder correr con todos mis gastos, y este era el unico lugar que me quedaba al no tener algun empleo que tuviera que ver con mi carrera, aunque mi turno todavia no comenzaba, me puse detras de la barra, de todos modos debia de cubrir a mi amigo, aunque aun no habia muchas personas en el bar, me dispuse a servir algunos tragos que estaban anotados como urgentes, pero nada que me entretuviera lo suficiente como para dejar de pensar en si la respuesta ya estaria en la puerta de mi casa

Me sentía un tanto nerviosa por no saber el rumbo que tomaría ahora mi vida luego de la solicitud que había metido para ver si alguno de los famosos coaches de Los Ángeles podían aceptarme en cualquiera de sus equipos, me sentía bastante nerviosa por lo que fuera que ocurriría, las respuestas todavía no habían sido enviadas, hasta el día de mañana, lo cual indicaba que no podría pegar el ojo en toda la noche, mis compañeras de Starbucks estarían ocupadas, pero esperaba que llegaran al bar a tiempo, cuando llegué yo, a pesar de que había tratado de hacer tiempo para llegar casi junto con ellas, no estaban ahí, eramos solo cuatro, pero tres de ellas estaban enamoradas de uno de los bartender del lugar, por lo cual siempre veníamos a la misma hora, yo me había concentrado más en mis estudios como actriz, así que a pesar de su insistencia, no salía con ninguno de su montón de amigos que me habían presentado, claro que me encantaría tener a alguien que me apoyara y eso, pero simplemente no había encontrado al chico correcto, me dirigí a la barra, pues prefería no estar sola como un hongo, además había un pequeño grupo de chicos que siempre nos sacaban a bailar, y la verdad, no me agradaban mucho que digamos.

-Hola... Me das un martini por favor? - Le dije al chico de la barra, sin fijarme bien en él, me apenaba saber que quizá él ya estaría enterado de que mis amigas lo acosaban, pero al alzar la vista, me di cuenta de que no era él, sino otro chico, le sonreí con amabilidad, preguntándome si habrían despedido al que siempre estaba aquí a esta hora, me acomodé un mechón de cabello detrás de la oreja, esperando que no tardaran mucho en llegar las demás y pidiendo en el fondo, que los alcohólicos de atrás no me reconocieran.

Por lo visto, todo mundo parecia comenzar a parecer raro a partir de que yo llegaba, ahi estaban esos chicos a los cuales tuve que sacar en un par de ocasiones a causa de su comportamiento poco propio para algunos clientes, especialmente lo eran con las chicas y tenia cierto instinto protector sobre ellas ante chicos como estos, algunas veces solian pagarles a otros bartenders para que modificaran ciertas bebidas, odiaba a esos chicos, asi que habia estado observandoles desde que llegue, era cierto que yo no era un santo, pero si queria aprovecharme de alguien tenia que ser una persona que estuviera en sus cinco sentidos, o de lo contrario no me traeria ningún chiste por asi decirlo, vi que una chica se sento en la barra, aunque parecia estarse cubriendo de ese monton de chicos, supuse que vendria mucho por aca, pero no la habia visto jamas en mi vida, o la reconoceria, le devolvi la sonrisa al mismo tiempo que asentia ante su pedido, debia de admitir que era bastante linda como para venir sola
-Parece que viene muy seguido por aqui, esos chicos parecen ya conocerla... Deberia tener cuidado con ellos... Lo siento, suelo hablar demas de la cuenta - Le dije sin creerme que lo sentia en verdad, le servi el trago mientras terminaba de acomodar las copas y demas vasos
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Ciertamente ya comenzaba a pensar que no llegarían mis amigas, y no podía quedarme hasta muy tarde, pues debía estar preparada por si me llegaban a llamar para que audicionara, tan solo esperaba que así fuera, volteé hacia atrás y me di cuenta que uno de los chicos alzó una copa, me volteé nuevamente a la barra agachando la cabeza, dios, no quería conversar con ninguno de esos chicos tan pedantes, se creían la gran cosa, y eso a mis amigas les encantaba, pero a mí no. Probablemente tendría que salir de aquí antes de que estos comenzaran a emborracharse más de lo que probablemente ya estaban, creía que era un desperdicio hacerlo todas las noches, pero no era mi asunto lo que estos hicieran, volteé a ver al chico de atrás de barra al escuchar que me hablaba y sonreí un tanto divertida, pues era justo lo que pensaba.

-No te preocupes, y por favor... no tienes que hablarme de usted, soy Nina, suelo venir con mis amigas algunas veces pero parece que me han dejado plantada - Le comenté soltando un bufido, aunque bueno, no sabía por qué le contaba aquello a un total desconocido, pero me inspiraba cierta confianza - Gracias, tampoco me agradan y no les conozco, solo los he visto conversar con mis amigas pero... en mi opinión personal creo que son detestables y mis amigas están obsesionadas con el chico que estaba aquí, antes de ti supongo - Sin duda alguna me hacía falta salir un poco más a menudo, pero estaba bastante enfocada en lograr mi sueño como actriz, así que no conocía a mucha gente, salvo por los chicos de Starbucks, tomé el martini recién servido y le di un pequeño trago, esperando sacar algo de conversación por lo menos con este chico.